Uno de los argumentos que usan los antitaurinos para
defender la prohibición de la tauromaquia es que, de no existir subvenciones a
la fiesta, las corridas de toros se extinguirían. Con este argumento (falaz,
como prácticamente todos los que usan los antitaurinos) pretender lograr un
doble objetivo: que la gente crea que paga las corridas de toros aunque no vaya
a la plaza, y que la sociedad crea que los toros tienen tan poca aceptación que
el Estado tiene que gastar dinero para que siga existiendo la Fiesta Nacional.
El problema es que esto es, sencillamente, mentira. De hecho, según una
encuesta de Gallup podemos ver que más de 17 millones de españoles están
interesados en las corridas de toros.
Los datos hablan por
sí solos: la fiesta de los toros es la primera actividad cultural en ingresos
por IVA en España, muy por encima del cine; las ferias taurinas son el segundo
espectáculo de masas que más entradas vende, solo por detrás del fútbol; y
además la Fiesta Nacional dinamiza enormemente las economías locales y del
turismo (que les pregunten a los hosteleros de aquellas ciudades donde torea, por ejemplo,
José Tomás). Según un estudio de Juan Medina, profesor de Teoría Económica de
la Universidad de Extremadura, y trabajando con datos de 2009, las ferias
taurinas tienen un efecto sobre la economía española de casi 1.000 millones de
euros, y eso sin contar los más de 5.000 festejos populares que se celebran al
año (entre ellos los San Fermines, con todo lo que suponen para Pamplona), ni
la generación de riqueza de las ganaderías de toro bravo. Pero las corridas de
toros no solo generan para el Estado muchísimo más de lo que reciben de él,
sino que suponen también una fuente generadora de empleo, tanto en empleos
directos (personas trabajando en la plaza o para los toreros) como indirectos
(hoteles, bares, restaurantes, etc).
El último ejemplo de
este falaz argumento que tiene como único objetivo acabar con la Fiesta, ha
tenido lugar muy cerca de aquí, en Gijón, donde la formación PODEMOS ha
afirmado, sin ruborizarse, que la celebración de la Feria Taurina de Begoña le cuesta a cada familia la friolera de 47 euros, asista o no asista a la plaza.
Esto es rotundamente falso; de hecho, la Feria de Begoña tiene un coste para el
Ayuntamiento gijonés de CERO EUROS, y recibe un canon del empresario Carlos
Zúñiga a través de la empresa Circuitos Taurinos de 45.000 euros anuales;
además, y según cálculos del profesor Juan Medina, la Feria de Begoña tiene unimpacto económico en la ciudad de Gijón de 5,1 millones de euros. Lo que
sin embargo sí que recibe una subvención
en Gijón de casi 300.000 euros, aunque a PODEMOS no le interese lo más mínimo,
es el Festival de Cine, que reúne a prácticamente el mismo número de espectadores
que la Feria de Begoña, unos 50.000. A ver si va a resultar que las corridas de
toros en Gijón son más rentables que el Festival de Cine...
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